domingo, 25 de julio de 2010

Internet de colores

Este estado de reposo y descanso total en elque vivo últimamente puede llegar a aburrirme soberanamente. Pero por otro lado, tantísimas horas delante de un ordenador (la conexión a Internet es un elemento fundamental) me está permitiendo explorar nuevos mundos. Vale, dicho así parece más apasionante de lo que es en realidad, pero ¿no es alucinante todo lo que podemos hacer gracias a la World WideWeb?
Este verano he descubierto los mandalas. Hay muchísima información en la red, y una infidad de imágenes preciosas. Resulta que pintar mandalas, además de resultarme muy entretenido, es incluso una especie de "terapia". Es una práctica muy empleada con niños pequeños y personas mayores, porque ayuda a desarrollar la creatividad, a mantener la mente ocupada... incluso se puede conocer la personalidad a través de los colores empleados y la forma en que se colorean. A mi, todas estas cosas que tienen su "toque zen" me parecen fascinantes. Además, antes de oir de ellos, supongo que pasaba todo por alto, pero ahora, cada vez que entro en una librería, me topo con algún libro o cuaderno con mandalas para colorear.
Sin embargo, como no es cuestión de derrochar los dineros, es mucho más sencillo (bueno, sencillo no, pero sí barato) imprimirlos en casa.
Y así, con la tontería, el "descanso" ya no esalgo abstracto, sino que se le puede poner un poco de color.

Busco... y a veces encuentro algo, y a veces no

Acabo de volver de mis tradicionales vacaciones rurales (traducción: 5 días en "el pueblo de mi padre", con la única compañía de mi familia, las hormigas y demás bichos, y alguna que otra señora-mayor-de-pueblo-que-se-pasea-en-delantal), y yo me siento igual.
Cada vez que voy al pueblo, y ahora más que nunca, lo hago con la esperanza de encontrarme a mi misma. La verdad es que no sé muy bien en qué consiste ésto, pero es tan típico oir que esos momentos de calma y tranquilidad son perfectos para entrar en contacto con el "yo interior"... que yo también quiero, porque debe de ser la bomba!! Por algo se planteará como el quid para sentirse a gusto con uno mismo, la clave que nos ayudará a ser más felices, ¿no? Pues nada, yo creo que voy a tener que esperar un año más, hasta el verano que viene, para volver a intentarlo.
Porque en estos días, encontrar, lo que se dice encontrar... creo que sólo puedo mencionar unos maravillosos arbustos repletísimos hasta los topes de frambuesas. Aunque lo mismo que yo encontré el susodicho matorral, también hubo una vecina que me encontró a mí metida en el corral que no era mío, en mitad de mi merienda.
Por otro lado, creo que la desconexión me ha sentado bien, aunque sólo sea un poco. ¿Acaso no es recomendable resetear de vez en cuando los ordenadores, para "hacer limpieza"? Pues yo me he reorganizado el disco duro. La verdad es que apenas he extrañado la conexión a internet o tener una televisión a mi entera disposición. ¡¡Incluso he llegado a olvidarme el móvil encima de la mesilla!! Y es que a veces se nos olvida que sigue habiendo vida más allá de los bullicios actuales, del ruido, de la rutina, de las prisas... Hasta que notas que necesitas un cambio de aires. Es una pena que todo se vaya al garete en cuanto vuelves y te encuentras con una bandeja de entrada que acumula casi 100 e-mails...

jueves, 15 de julio de 2010

Declaración de principios

Todavía no encuentro las palabras que quiero, así que es una suerte dar con testimonios de otras personas que puedo hacer míos, o por lo menos, tenerlos en consideración.
Hoy me quedo con las reflaxiones de Angel Corella.


Además de ser el mejor bailarín del mundo, puede sentirse orgulloso de mantener una gran integridad y, sobre todo, la cabeza en su sitio. Además, me permite recuperar el que era el "tema-bandera" de este blog. Volvemos a la danza.

miércoles, 14 de julio de 2010

Motivándome

Era algo necesario, tenía que volver. Sencillamente, no podía dejar que este rinconcito se quedase muerto del todo. Pero según iban pasando estos casi 8 meses de desaparición, más difícil me parecía hacerlo de una manera adecuada, y que cumpliese con las espectativas.
Por fin, y sin buscarlo, he encontrado la que me ha parecido la manera perfecta de decir: "Esto todavía no se ha acabado. Sigo."




miércoles, 18 de noviembre de 2009

100% útil

¿Qué mejor forma de celebrar que ya me he quitado de encima el temido examen de Producción Editorial que llegando a casa y ponerme a perder el tiempo? Por ejemplo, descubriendo nuevas webs de esas que no sirven absolutamente para nada, pero que entretienen como ninguna. Bueno, la verdad es que alguna utilidad sí que pueden tener, porque, por ejemplo, gracias a The Oatmeal, ya sé que sólo sobreviviría 1,8 segundos en la superficie del Sol (no me digas que no está bien saber que si sólo es por un segundo, sí que puedo llegar al Sol...), conozco 4 buenas razones para llevar siempre una pala de cavar encima, y también sé reconocer 9 formas de estrechar la mano. Uy, mira qué cosa más tonta y del todo inútil, que al ser mujer yo nunca doy la mano, sino que suelto un par de besos.
Jo, qué bien se me da esto de aprovechar el tiempo desaprovechándolo.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Juegos de niños

Estoy aburrida de estudiar, y como una es de distracción fácil, me he permitido encender un poco el ordenador y ponerme a fisgar algunos blogs. Así que, como quien no quiere la cosa, en NoQuedanBlogs me he encontrado con un Trivial. La verdad es que, a mi, lo que más me ha gustado siempre es poner y quitar los quesitos, así que la versión on-line se me queda un poco coja, pero como no hay más... ¡Perfecto! Y encima resulta ser un "experimento" que fomenta la batalla hombre-mujer. Vamos, que a ver quién es más listo... El caso es que no soy partidaria de estas comparaciones, pero teniendo en cuenta que las mujeres vamos en cabeza... Bueno, sea como sea, para pasar el rato todo sirve.
Ahora me estoy dando cuenta de cuánto echo en falta esas tardes que pasaba de pequeña en casa jugando con mi hermana o mis padres o cualquiera de los muchos juegos de mesa que teníamos por casa: La Herencia de Tía Ágata, el Cluedo, Tabú... Pero a mi me encantaba el Hotel, una especie de Monopoly en el que tenías que ir levantando tu imperio hotelero. ¡Qué recuerdos! ¡Qué tiempos aquellos!...
...¡Qué cosas nos empiezan a meter por los ojos en nuestros años mozos! Porque luego nos extraña oír hablar de políticos corruptos, de burbujas inmobiliarias, de lo caro que está el precio del metro cuadrado... y resulta que apenas sabemos sumar y ya andamos pensando en como chorizar unos billetes de papel a la banca sin que el compañero de al lado se entere. Me he dado cuenta de ésto hoy mientras desayunaba delante de la televisión, al ver un anuncio del Monopoly. La próxima vez, prestad un poco de atención, y veréis que no se diferencia tanto de lo que podríamos escuchar en la sección de política de un informativo. Tal vez este año hubiese sido buena idea lanzar un nuevo juego educativo, algo así como "¡Sal del agujero!" o "No pierdas tu empleo". Hay que ver, hasta el mundo infantil es cada vez menos infantil. ¿No creéis?

miércoles, 28 de octubre de 2009

Como borregos ante los ojos de un niño

Yo no sé qué quiero ser de mayor, pero lo que sí tengo seguro es que no me voy a resignar a disfrutar sólo 15 días al año.

lunes, 19 de octubre de 2009

Desorden de leyes y edades

Por unas razones o por otras, seguro que todos coincidimos al pensar: "Madre mía, vivo en un país de locos". Aunque también es cierto que en otros lugares se llevan la palma. ¿Quién no ha oído hablar de taaaantas leyes absurdas que no hacen sino ratificar la estupidez, aburrimiento y poco hacer de muchos políticos? ¿Por qué en Chicago está prohibido por ley comer en un lugar que esté ardiendo? ¿Por qué es ilegal morir en el Parlamento Británico? Vale, todas estas estupideces siempre nos llegan de fuera y parece que nosotros estamos más centrados. Pero hoy mi padre me ha recomendado echarle un ojo (o un oído) a la opinión de Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro, y la verdad es que me ha hecho reír. Aunque se trataba de una risa casi de autocompasión. De hecho, no veo en absoluto necesario que me ponga a explicar el porqué, ya que este fragmento habla por si solo:

"Una niña debe usar sillita infantil homologada en el coche hasta los doce años. Al año siguiente, con trece, puede consentir en relaciones sexuales. A los catorce ya podría casarse, aunque en la celebración de su boda no podría beber bebidas alcohólicas. A esos mismos catorce años puede hacer testamento pero no se le permite viajar como acompañante en una moto. A los famosos 16 años de la polémica, es mayor de edad sanitaria y puede, por ejemplo, decidir un transplante, pero no puede hacerse un piercing o un tatuaje, ni puede abrir una cuenta corriente, ni votar."
¿Alguien más lo encuentra un poco raro? ¿Estúpido, tal vez?

domingo, 18 de octubre de 2009

Exhibición para la familia. Y también para mayores.

Fue como volver atrás en el tiempo, a mi época del colegio, las pinturas de colores y el uniforme. Pero sin pinturas. No creo que se me olvide nunca la ilusión que nos hacía a todas la tradicional reunión de padres de principio de curso. Todos los padres iban a la clase de sus hijas para que la tutora les soltase la típica charla sobre los objetivos, las excursiones previstas, alguna que otra norma y recomendación... Y esa tarde, antes de que todos llegasen, a nosotras nos tocaba engalanar la aula: llevábamos un trapito para limpiar nuestra mesa, ordenábamos todo lo que teníamos dentro del pupitre, colgábamos en las paredes nuestros mejores dibujos hechos especialmente para la ocasión y cada una daba rienda suelta a su creatividad haciendo un cartelito con su nombre (claro, para que la amatxu sepa en qué silla pasa su nena los días). A los padres les gustaría, pero seguro que no era nada en comparación con lo que significaba para nosotras. Luego, cuando llegaban a casa, mis padres sufrían un aluvión de preguntas: "¿Qué os ha dicho la profe? ¿A dónde nos llevarán de excursión? ¿Os ha gustado mi dibujo? ¿A que tengo todo muy ordenado? ¿Habéis hablado con la profe de mi?"
Y ayer, choporrocientos años más tarde, vuelvo a enfrentarme al ojo crítico familiar, pero como profesora en vez de como alumna. Este fin de semana se ha organizado "Nagusi" en la feria de muestras, pensado para las personas mayores. Ahí tienen varias actividades para que participen y pasen el rato: conferencias sobre temas de su interés particular, bailes, actuaciones, chocolatada, talleres... Y pueden encontrar información sobre residencias, asistencia sanitaria, seguros, transporte, bancos, nuevos aparatos de ayuda... La verdad, es que es una idea estupenda, a la que este año me ha tocado sumarme. He sido la encargada de llevar una de las exhibiciones: una clase de Pilates. Por lo menos, fue con uno de mis grupos, y no era una clase abierta (aunque vi a señoras siguiendo la clase en mitad de los pasillos).
Claro, que cuando te lo proponen y luego lo cuentas en casa, siempre surge el "¿Y no podemos ir a verte?" Hombre... pues si. Así que, además de mi pase, pedí que me consiguieran una invitación doble para mi madre y mi novio, y mi abuela, que le mandan otra todos los años, se vino con mi padre. Y con esas nos plantamos todos allí. Mis alumnas estaban encantadas de conocer a mi madre y mi abuela (se ve que los hombres desprenden alguna vibración extraña), y mi madre era feliz poniendo cara a los nombres que tanto suele escuchar. Pero yo estaba nerviosa... Sólo se trataba de dar una clase igual que siempre, vale. Pero con gente mirando, que podían dedicarse tranquilamente a juzgar mi trabajo. De hecho, incluso apareció mi jefa, y eso ya empezaba a parecerse a un examen. Por si no era suficiente, me colocaron un micrófono con petaca, al más puro estilo "Eva Nasarre".
Por lo menos parece que pasé la prueba sin problemas. Y eso que esta vez no había preparado ningún dibujo.

martes, 13 de octubre de 2009

Tentar a la suerte

No soy supersticiosa, ni un poco. De hecho, la mayor parte de las veces que veo una escalera, siento el impulso de pasar por debajo. Sin embargo, hoy iba derechita a hacer lo mismo, pero en el último momento, algo me ha hecho esquivar esa escalerilla metálica. Luego he seguido andando, pensando en el día que era, y en por qué había hecho eso. La verdad es que le he estado dando vueltas gran parte del día. Me he sentido tan tontuna que estaba deseando cruzarme con un gato negro. Para compensar y eso.
La verdad es que he pasado un buen martes 13. Igual es que la mala suerte me sienta bien.